Como cualquier otra mañana, Alicia abrió los ojos y caminó medio dormida hacia al baño. Nunca conseguía despertarse del todo si no era echandose agua fría.
Con la cara entre sus manos, se incorporó y quedó frente alespejo.
Había apartado por fin las manos de la cara mojada y se encontraba mirandose al espejo, pero esa no era ella.
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